miércoles, 23 de marzo de 2011

Pensamientos innecesarios

Te dedicas a verte en el espejo mirándote fijamente a los ojos, pensando en millones de cosas en las que en unos simples minutos habrás olvidado.
Son las 6: 30 de la mañana, lunes. Mi pelo está alborotado y mis ojos reflejan el sueño de esa noche, del que solo recordaba pequeñas partes confusas de él, y era demasiado temprano como para quebrarme la cabeza pensando en como era. Son las 8: 30 de la mañana, empiezan las clases. Mi mente estaba en blanco y solo unas imágenes que no conseguía recordar llenaban ese espacio que, se suponía tenía que llenar con el teorema de Pitágoras. Son las 9: 30 de la mañana, me acordé. Un recuerdo incierto, un parpadeo, fue acto reflejo, lo miré. Él estaba en mi sueño, y si hubiera sabido lo que me perjudicaría acordarme de ello, hubiera atendido a la ``interesante´´ clase de Sociales que me tocaba en ese momento. Son las 10: 30 de la mañana, dulce indiferencia, ¿a dónde has ido? Mirarle de reojo me hizo darme cuenta de que se asemejaba bastante a un gato, extrañamente lindo. En ese momento giró la cabeza, y me vio. No, no solo eso, se dio cuenta, pero ¿de qué? Son las 11: 30 de la mañana, no acepto absurdos. Le conté lo sucedido a mi mejor amiga, pero su respuesta solo hizo que me diera dolor de cabeza, era ridículo, inesperado y terriblemente confuso. Me gustaba. Era algo que no me entraba en la cabeza, algo de lo que no quería hablar, ni tener conciencia de ello. Son las 12: 00 de la mañana, resignación. Pensé en no mirarlo, en pasar de él como había hecho desde que empezó el curso, así que no podía ser difícil. Nunca me canso de equivocarme. Mi tentación era indiferente a lo que deseaba, por lo que no tuve otra opción que hacer caso a los que mi voluntad no podía afrontar. Son las 13: 00 de la mañana, mi salvación. Íbamos a hacer un examen de Biología a esa hora y aunque me resulte extraño, estaba feliz por ello ya que estaría tan concentrada en el examen que no tendría oportunidad de fijarme en él. Por una vez no fallé en lo planeado. Son las 14: 00 ultima hora de la mañana, volver a recordarlo. Por fin solo faltaba una hora para marcharnos y estaba agotada, así que poniendo los brazos sobre la mesa, apoyé la cabeza en ellos y pensé en que no pasaría nada si cerrase los ojos por unos minutos. De nuevo lo vi, sentado a mi lado, ¿Por qué? ¿en qué momento me enamoré de él? ¿desde cuándo estos pensamientos innecesarios?

``Sorpresas que te hacen pensar en si en verdad las quieres´´ 

No hay comentarios:

Publicar un comentario