domingo, 27 de marzo de 2011

Un autobús, un sentimiento

Un autobús, una ventana, un paisaje, un destino. Un sentimiento, tú, un chico, un destino.
Te montas en el autobús con la presencia de la soledad, y lo primero que miras es el paisaje a través de la ventana. Te quedas embobad@ mirandolo fijamente, sin pensar en nada, solo en donde debes bajarte y cuanto tiempo falta para llegar a ese destino.
Piensas que nunca te vas a enamorar hasta que un día conoces a alguien, solo sabes mirarlo, en la inopia, pensando en que momento debes declararte y cuánto tiempo debes esperar para cumplir tu destino deseado con esa persona.
Entonces ves algo que sobresale a la vista, y fijandote bien en ello, te das cuenta de que es tu reflejo en la ventana, por encima de ese paisaje al que tanto mirabas y contemplabas.
Hasta que un día te das cuenta de que no debes esperar, mirandolo desde lejos, sin hacer nada, sin intentar llamar su atención. Debes mirarte a tí misma y dar el primer paso, tú eres la primera en esto, tú eres la que debes ser mirada llamando su atención.
Empiezas a mirarte en el reflejo de la ventana, peinandote y fijandote en tí misma por una vez en todo el recorrido. Cuando bajas, te mira, el chic@ que te gusta, la persona a la que amas, se te acerca, y te alaga. Y és entonces cuando llegas a tu destino.
Aveces hay que fijarse en un@ misma para llamar la atención del chic@ que gusta, pues él o ella no se fija en si mism@, sino, en la persona a la que busca amar.

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